¡Qué alegría poder compartir una mañana con los esforzados amantes de la bicicleta, que son capaces de cambiar una mañana de campo o de playa para enfrentarse a las duras rampas de esta mítica cima!
Pues sí, después de dos aciagos años sin poder disfrutar del gran espectáculo del ciclismo, nos hemos vuelto a reencontrar en esta inigualable prueba cicloturista y ello, a pesar de los pronósticos del tiempo que durante la semana nos vaticinaban casi, casi...¡el diluvio universal! Gracias a Dios, estas profecías no se hicieron realidad y los osados y atrevidos ciclistas, que no se dejaron amedentrar por tales previsiones, decidieron tomar la salida y disfrutar de un agradable día de ciclismo.
Gracias a vosostros, pude disfrutar, junto a mi esposa, de un maravilloso día y al final de la mañana ambos coincidimos en que se nos había echo demasiado corta, quizá sea debido a que ya llevábamos dos años sin poder subir a este excepcional y único puerto.
Nuevamente, gracias a todos los que os atrevisteis a tomar parte de este evento y desearos, y desearnos, que nos podamos reencontrar en la próxima edición.
Hasta entonces, ¡que sigais disfrutando con vuestras flacas!
Las fotos, como en otras ocasiones, han sido tomadas en la zona más dura del Marie Blanque, a 1,5 km de la cima. Abarcan desde las 11.45 hasta el final.
Para visualizarlas puedes.
